Aumentan casi un 80% los divorcios contenciosos en Navarra en 2024.

El incremento en el número de divorcios no consensuados en Navarra durante el primer trimestre de este año ha sido significativo, alcanzando un 79,8%. Las cifras muestran que se presentaron 302 demandas en comparación con las 168 registradas en el mismo periodo del año anterior.

PAMPLONA, 10 Jun.

Estos datos provienen de un informe realizado por el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial, que también destaca que Navarra lidera a nivel nacional en cuanto a demandas de separaciones y divorcios por cada 100.000 habitantes, con una ratio de 74,9.

En total, durante los primeros tres meses de 2024 en los juzgados de Navarra se han iniciado 509 procedimientos de disolución matrimonial, lo que supone un aumento del 34% en comparación con el año anterior. Entre ellos, se destacan 8 demandas de separación consensuada y 5 contenciosas, así como 194 demandas de divorcio de mutuo acuerdo.

Además, es importante mencionar que no se ha presentado ninguna demanda de nulidad matrimonial en este período. Esto refleja una realidad en la que las parejas están optando por el divorcio como solución a sus problemas conyugales, en lugar de buscar la anulación de su matrimonio.

Analizando la relación entre las demandas de disolución matrimonial y la población, se observa que Navarra lidera esta estadística con 74,9 demandas por cada 100.000 habitantes, seguida por Baleares y Cantabria. A nivel nacional, la media fue de 53,6 demandas por cada 100.000 habitantes, con comunidades como Aragón, Castilla-La Mancha y Murcia también por encima de esta cifra.

En cuanto a procedimientos de modificación de medidas y custodia de hijos no matrimoniales, se han presentado 61 demandas de mutuo acuerdo y 117 contenciosas. Esto refleja la importancia de abordar de manera adecuada no solo la ruptura matrimonial, sino también las implicaciones en cuanto a la custodia y cuidado de los hijos.

Estos datos son un llamado de atención sobre la importancia de promover una cultura de diálogo y acuerdos mutuos en las parejas, así como de reforzar los sistemas de apoyo a las familias en procesos de separación o divorcio.