El pasado viernes, el programa de Danza Contemporánea de Navarra DNA 2023 clausuró las residencias de creación e investigación de su edición de este año. Este programa, organizado por la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana y la Fundación Baluarte, celebró su clausura en la Casa de Cultura de Berriozar. En este evento, se presentaron los resultados de las residencias artísticas, que han abordado temas como la diversidad, la colaboración, el arte, la ciencia y la educación. También se debatió sobre la relación entre las residencias, las instituciones, la mediación y los públicos. Además, se proyectó un vídeo resumen y se compartieron las principales conclusiones y retos de futuro de esta edición.
Desde la organización del Festival de Danza Contemporánea de Navarra DNA destacan la importancia de tener un espacio de encuentro y reflexión para promocionar la danza contemporánea y las artes en movimiento en la región. También señalan que cada año se observa un enriquecimiento de los proyectos, con nuevas formas de expresión y transmisión del hecho creativo. La danza contemporánea refleja las necesidades e inquietudes de la sociedad actual y ofrece una oportunidad para conocer mejor el mundo que nos rodea y promover valores para mejorarlo.
Este año, se desarrollaron cuatro residencias artísticas en el programa DNA. Cada una de ellas tuvo una duración de cuatro semanas, entre mayo y septiembre. En la primera residencia, titulada "Quosque tandem abutere", la compañía Zuk Performing Arts de Itsaso Álvarez Cano investigó la obra de Jorge Oteiza y creó una pieza coreográfica inspirada en el Cromlech, la escritura en negativo y el vacío. En la residencia "El valor de lo invisible", la compañía Riart exploró los roles sociales y la construcción del individuo. En "Bipedestrucción", la compañía Disiden.Cia investigó la identidad de género con la participación de escolares del colegio público San Donato de Etxarri Aranatz. Por último, en la residencia "Luz negra", la compañía Dinamo Danza unió ciencia y danza para expresar principios de la naturaleza de la luz.
Además de las residencias, se han mostrado los espectáculos que surgieron en las residencias artísticas del año pasado en diferentes centros culturales de la región. También se ha mantenido la colaboración con la red transfronteriza Atalak, en la que participan diversas instituciones y que ha propuesto muestras de laboratorio de investigación y talleres de creación comunitarios.
En esta edición, el programa DNA también colabora con el Museo Universidad de Navarra, presentando dos producciones surgidas de las residencias DNA 2022 en el ciclo Museo en Danza.
En las próximas semanas, se publicará un documental que recoge el proceso de creación e investigación de las cuatro residencias artísticas y las exhibiciones representadas en los diferentes centros culturales de 16 municipios navarros.
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