En un inquietante incidente ocurrido en la localidad de Noáin, un perro de la raza rottweiler, que se encontraba desatendido y sin bozal, provocó lesiones considerables a un niño de ocho años y a su padre. Este ataque ha generado una serie de investigaciones sobre la responsabilidad de la propietaria del animal y su cumplimiento de las normativas vigentes sobre tenencia de animales potencialmente peligrosos.
Los hechos salieron a la luz gracias a una llamada al Centro de Mando y Coordinación (CMC) de la Policía Foral, donde un testigo denunció que él y su pequeño habían sido atacados por un rottweiler que se movía libremente por un área conocida como Quinto Real. Este tipo de situaciones resalta la importancia de la vigilancia y el manejo adecuado de perros de razas consideradas potencialmente peligrosas, especialmente en espacios públicos.
Como consecuencia de este ataque, el menor sufrió lesiones severas en el brazo y el glúteo, mientras que su padre presentó daños en el gemelo de su pierna izquierda. La gravedad del incidente ha puesto en evidencia la urgencia de establecer medidas más estrictas para asegurar la seguridad de la comunidad ante animales que podrían representar un riesgo.
Una patrulla de la Brigada de Protección Medioambiental fue enviada rápidamente al lugar de los hechos para realizar las primeras indagaciones. Durante estas diligencias, se identificó a las víctimas del ataque y a la propietaria de los animales, que incluía no solo al rottweiler involucrado, sino también a otro de la misma raza y un border collie, todos sin la adecuada supervisión.
En consecuencia, los agentes del Grupo de Investigación Medioambiental (GRIM) formalizaron un atestado por un delito de lesiones con implicación animal, citando a la dueña del perro para que se presente como investigada. Este informe fue posteriormente enviado al Juzgado de Guardia y a la Fiscalía de Pamplona para que se tomen las acciones correspondientes.
Adicionalmente, la mujer recibió una denuncia administrativa por permitir que un animal potencialmente peligroso estuviera suelto y por la falta de bozal en un espacio público. La gravedad de la situación se ve acentuada por el hecho de que la propietaria tenía en su posesión más de un animal catalogado como potencialmente peligroso, a pesar de contar únicamente con licencia para manejar uno solo. Este incidente pone de manifiesto la necesidad de una mayor regulación y responsabilidad en la tenencia de estos animales.
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