Justicia: 11 años de cárcel por abuso sexual continuado a una menor

En una decisión histórica, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha ratificado una condena de 11 años de prisión impuesta a un hombre de 45 años que abusó repetidamente de su sobrina cuando esta era solo una niña vulnerable de entre 7 y 9 años.

La sentencia, que puede ser apelada ante el Tribunal Supremo, confirma la condena por un delito continuado de agresión sexual con acceso carnal a una menor de 16 años impuesta por la Sección Primera de la Audiencia Provincial.

Además de la pena de prisión, el agresor no podrá aproximarse ni comunicarse con la víctima durante 13 años y deberá indemnizarla con 25.000 euros por el daño moral. También se le impuso una medida de libertad vigilada de 8 años luego de cumplir su condena.

El Tribunal destacó que la niña quedó a cargo de su abuelo luego del fallecimiento de su madre a los 3 años. Ante las deficiencias en su cuidado, el Gobierno de Navarra retiró la custodia al abuelo y la niña estuvo en dos familias de acogida entre 2016 y 2019, visitando a su familia biológica los fines de semana, momento en que ocurrían los abusos.

Según la sentencia, el agresor forzaba a la niña a realizar actos sexuales desde los 6 años, amenazándola para que guardara silencio. La víctima finalmente reveló parte de los abusos a su familia de acogida en mayo de 2018, cuando tenía casi 9 años.

Como consecuencia de los abusos, la menor mostró signos de malestar emocional, como tristeza, nerviosismo, problemas para dormir y rabia interna, lo que fue clave para la validez del testimonio.

La defensa del agresor apeló la condena, pero la Sala de lo Civil y Penal del TSJN confirmó la sentencia al considerar que el relato de la niña era creíble y respaldado por pruebas objetivas y un informe psicológico. Además, se destacó la situación de vulnerabilidad de la niña dada su historia familiar y la falta de comunicación con alguien de confianza para aclarar sus experiencias traumáticas.

De esta manera, el Tribunal resaltó la importancia de no exigir a la víctima un relato detallado y consistente desde el principio, dada su corta edad y las circunstancias difíciles en las que se encontraba. La prioridad fue validar su testimonio y asegurar que se hiciera justicia en este caso tan delicado.