Los ingresos netos medios anuales en los hogares de Navarra aumentan un 6,5% en 2022, alcanzando los 40.760 euros.
En Pamplona, el Instituto de Estadística de Navarra ha reportado que los ingresos netos medios anuales de los hogares en la región alcanzaron los 40.760 euros en 2022. Este crecimiento del 6,5% en el ingreso neto medio por persona y del 6,3% en el ingreso neto medio por unidad de consumo en comparación con el año anterior es un indicio de mejora en la situación financiera de los hogares navarros.
El informe revela que existen disparidades en la renta anual neta por hogar dependiendo del género del perceptor principal. Si el perceptor principal es hombre, los hogares tienen ingresos medios de 43.712 euros, concentrados mayoritariamente en los estratos de rentas intermedios y altos. Por otro lado, si es mujer, la renta por hogar desciende a 33.700 euros y se concentra en los estratos bajos. En el estrato de 15.001 a 18.000 euros se encuentra el 7,3% de estos hogares.
Las diferencias en la renta disponible de cada persona se ven afectadas por variables como el sexo y la edad. Esto se traduce en una mayor renta anual neta media por unidad de consumo para los hombres y valores más elevados para personas de 45 años en adelante.
La tasa de riesgo de pobreza en Navarra se mantuvo en el 21,8%, con un ligero aumento con respecto al año anterior. Este indicador continúa siendo preocupante, especialmente para ciertos grupos demográficos como los hombres menores de 16 años y las mujeres de 30 a 44 años. Sin embargo, la tasa de riesgo de pobreza disminuyó para las personas de 65 años en adelante.
Por edades, se destaca que la mayor tasa de riesgo de pobreza corresponde a las personas menores de 16 años, lo que revela una desigualdad significativa en la distribución de la riqueza. Además, se observa que el umbral de pobreza ha aumentado con respecto al año anterior, lo que subraya la importancia de abordar la desigualdad económica en la región.
En términos de distribución de ingresos, se mantiene la estabilidad en la desigualdad de rentas, con un ligero aumento en la diferencia entre el 20% de la población con ingresos más elevados y el 20% con ingresos más bajos. Los salarios siguen siendo el ingreso más relevante, seguido de las pensiones y otros tipos de ingresos.
El análisis detallado de las características de las personas en situación de riesgo de pobreza destaca la importancia de las prestaciones por desempleo y otras prestaciones como fuente de ingresos. Se observa que las mujeres, especialmente en áreas como Ribera de Tudela, tienden a tener una renta más baja en comparación con los hombres. La educación también juega un papel crucial en la determinación de las rentas, con personas con educación superior teniendo ingresos significativamente superiores.
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