24h Navarra.

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Navarra implementa prevención y tecnología para enfrentar inundaciones.

Navarra implementa prevención y tecnología para enfrentar inundaciones.

Una considerable cantidad de localidades, cerca de 50, ha desarrollado planes específicos orientados a enfrentar futuros episodios de lluvias torrenciales e inundaciones. Esta respuesta se materializa en un contexto donde la preocupación por el cambio climático se torna cada vez más apremiante.

PAMPLONA, 5 de noviembre. En un reciente pronunciamiento, el Gobierno de Navarra resaltó la necesidad de revisar la preparación de la región ante fenómenos extremos, a la luz de las importantes inundaciones que asolaron la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre. A pesar de que los registros históricos de Navarra no alcanzan los niveles de devastación observados en el Levante español, es innegable que la frecuencia y la intensidad de las lluvias han aumentado y es probable que se produzcan episodios similares o incluso más severos en el futuro.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) establece que se consideran torrenciales las precipitaciones que superan los 60 litros por metro cuadrado en menos de una hora. En el caso de la Ultzama, en septiembre pasado, se registraron cifras más que dobles, mientras que en Valencia, las lluvias alcanzaron el triple. Esto se traduce en condiciones extremas que afectaron a habitantes de localidades como Auza y Eltzaburu, quienes enfrentaron un desbordamiento del río que inundó sus hogares hasta alcanzar un metro de altura el 21 de septiembre.

Desde 1970, las estaciones meteorológicas en Navarra solo han registrado diez episodios de lluvias torrenciales que superen el umbral mencionado, siendo la mayoría de estos eventos (siete de diez) registrados en los últimos diez años. Los años recientes han evidenciado una creciente severidad de estos fenómenos: desde las tormentas de diciembre de 2021, que produjeron más de 200 litros por metro cuadrado en solo dos días, hasta otros episodios en 2019 que resultaron en inundaciones fatales en Tafalla y la cuenca del río Cidacos.

El Ejecutivo foral ha señalado que los datos recogidos por la AEMET a lo largo de medio siglo en Navarra sugieren que el cambio climático está modificando los ciclos hídricos, haciendo más frecuentes los episodios de lluvias extremas en la comunidad. Las inundaciones ocasionadas por ríos son uno de los riesgos más significativos a los que se enfrenta esta región.

En respuesta a esta situación, el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno foral ha lanzado este año un programa de ayudas que destina 5 millones de euros a entidades locales, individuos y organizaciones privadas para llevar a cabo medidas de adaptación y prevención ante inundaciones. Esto incluye la intervención en 18 puentes de competencia foral.

Además de este financiamiento, la Dirección General de Medio Ambiente ha patrocinado la elaboración de planes locales de gestión del riesgo de inundaciones en 48 municipios, complementando estas acciones con la creación de un sistema digital de alertas tempranas para anticipar inundaciones, en colaboración con el proyecto europeo LIFE NAdapta.

José Mari Aierdi, consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, ha subrayado que Navarra no se limitará a reaccionar a los desastres una vez que ocurren, sino que el enfoque del Gobierno se centra en realizar inversiones preventivas y planificadas que ayuden a mitigar los riesgos de inundaciones desde una visión de sostenibilidad ambiental.

De los 50 municipios obligados a contar con un plan de prevención contra inundaciones, 48 ya han desarrollado y aprobado estos protocolos, lo que representa un notable progreso en la preparación regional. En el contexto de las localidades identificadas como Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación por la Confederación Hidrográfica del Ebro y la del Cantábrico, estos planes se vuelven esenciales tras el análisis histórico de inundaciones y su impacto en áreas urbanas.

El propósito fundamental de estos planes es garantizar a la ciudadanía un nivel de protección adecuado, minimizando tanto los daños materiales como personales. Una vez que estos planes son consensuados por técnicos y autoridades locales, se envían al Servicio de Protección Civil del Gobierno de Navarra para su revisión y aprobación.

El avance hacia una mayor preparación es evidente, ya que hace una década solo 4 o 5 municipios contaban con planes de este tipo. La actualización del Plan Especial de Emergencias de la Comunidad Foral de Navarra en 2018 ha sido un catalizador significativo para este crecimiento, junto con el soporte del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC liderado por la Dirección General de Medio Ambiente.

El involucramiento activo de los responsables municipales en la creación y mantenimiento de sus planes es un indicio positivo. Situaciones de gravedad como las vividas en Tafalla y Olite en 2019, así como las afectaciones en San Adrián y Burlada en 2021, han llevado a una creciente preocupación entre las autoridades locales por la necesidad de estar mejor preparadas.

Asimismo, tras el desarrollo de estos planes, 22 ayuntamientos han adoptado herramientas digitales que facilitan la obtención de información en tiempo real relacionada con su localidad. Un ejemplo de ello es la herramienta URA, creada para el Ayuntamiento de Tafalla, que incluye hasta cuatro pluviómetros en distintas secciones del río Cidacos y proporciona datos actualizados cada 10 minutos.

Por si fuera poco, el proyecto LIFE NAdapta ha dado lugar a una plataforma digital que presenta un mapa interactivo de posibles episodios de inundación, recopilando información en tiempo real de más de 170 estaciones pluviométricas y 70 estaciones de aforo en ríos locales. Estos datos provienen de diversas fuentes, incluyendo las redes de medida del Gobierno de Navarra, la AEMET y otras instituciones regionales.

La implementación de estos sistemas eleva la capacidad de reacción ante emergencias, permitiendo un mejor tiempo de anticipación. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la inversión en sistemas de alerta temprana puede reportar un retorno que supera diez veces lo invertido, y la provisión de alertas con 24 horas de anticipación puede reducir los daños en un 30%.

En la actualidad, la atención va más allá de la construcción de infraestructuras, centrándose en la gestión efectiva del riesgo de inundaciones y abordando este fenómeno como un evento súbito, inevitable y recurrente. "Es esencial adoptar un enfoque de gestión que priorice la preparación y la prevención", concluye Arantxa Ursúa, técnica de la Oficina de Cambio Climático.