El 9 de julio en Pamplona, la tensión política se hizo palpable en el Congreso, donde Alberto Catalán, un diputado de UPN por Navarra, no dudó en clamar por la dimisión del presidente Pedro Sánchez. Su discurso giró en torno a lo que él considera una grave trama de corrupción que ha afectado al PSOE. Catalán enfatizó que la verdadera alternativa para los ciudadanos no se reduce a optar entre corrupción y la derecha, sino que se trata de elegir entre corrupción y dignidad.

En un comunicado emitido por su partido, Catalán expresó que el mandato democrático invita a la alternancia política, sugiriendo que la arrogancia y la falta de autocrítica de Sánchez lo colocan en una posición insostenible. “Lo mejor que puede hacer por su partido y por España es dimitir”, subrayó, enfatizando su llamado a la responsabilidad política.

El diputado navarro hizo hincapié en los vínculos del Presidente con personajes de su confianza que están actualmente bajo investigación, subrayando que algunos de ellos incluso enfrentan condenas por pertenencia a una organización criminal. “Es su círculo íntimo, quienes le llevaron a la presidencia, los que ahora arrastran este escándalo de corrupción”, afirmó sin titubear.

Sostenía que el origen de estos problemas del PSOE debería ser motivo suficiente para que Sánchez renunciara, cuestionando si podía garantizar que no había irregularidades en la financiación del partido. Resaltó la ironía de que un Gobierno que llegó al poder prometiendo combatir la corrupción ahora se encuentra inmerso en un escándalo que podría ser considerado la culminación de años de prácticas cuestionables.

Además, Catalán lamentó que Navarra sea el epicentro de esta crisis, recordando casos de corrupción pasados y sugiriendo que la historia está a punto de repetirse. “Hace tres décadas, el secretario del PSN fue condenado por corrupción, y ahora puede que estemos frente a un fenómeno similar”, advirtió, con un tono que rastrea el pasado y lo entrelaza con el presente.

El diputado no escatimó en críticas hacia el presidente, acusándolo de haber socavado la memoria de las víctimas del terrorismo a través de pactos con los herederos de ETA. “Sus acciones han traicionado la esencia de nuestra Constitución”, aseguró, revelando detalles sobre reuniones privadas que contradicen su postura pública respecto a grupos políticos como Bildu.

Finalmente, Catalán lanzó una crítica contundente hacia el gobierno de Sánchez y su acuerdo con la presidenta de Navarra, María Chivite. “La confianza de los ciudadanos en sus instituciones ha sido traicionada, y ahora, más que nunca, es necesario que se asuman responsabilidades”, concluyó, enfatizando el clamor de una población que busca un gobierno transparente y digno.