
El 11 de marzo, Pamplona se ha convertido en escenario de un significativo homenaje, en el que el Gobierno de Navarra ha remarcado su compromiso con la memoria de las víctimas del terrorismo. En una ceremonia llevada a cabo en la Plaza de la Constitución, junto al emblemático Monumento a las Víctimas del Terrorismo, se ha leído una declaración institucional que expresa un firme "no" a esta forma de violencia que ha marcado la historia reciente.
El acto, que estuvo liderado por la presidenta María Chivite, incluyó un minuto de silencio y una ofrenda floral en honor a quienes han sufrido a causa del terrorismo. En la ceremonia estuvieron presentes diversas autoridades, como el presidente del Parlamento, Unai Hualde, la delegada del Gobierno, Alicia Echeverría, y otros representantes de partidos locales, entre ellos PSN, EH Bildu, y Geroa Bai. La Asociación de Víctimas del Terrorismo también hizo acto de presencia con sus representantes, Miguel Folguera y Maite Araluce.
A pesar de la importancia del evento, el parlamentario de Vox, Emilio Jiménez, intentó depositar flores sin participar formalmente en el homenaje, mientras que miembros de UPN se unieron posteriormente al acto. La jornada estuvo marcada por cierta controversia, ya que el Parlamento de Navarra no pudo formalizar su apoyo al acto debido a las votaciones en la Junta y la Mesa de Portavoces, donde UPN se opuso y EH Bildu se abstuvo.
El presidente del Parlamento expresó su descontento con esta situación, lamentando la falta de unidad y la ausencia de algunos grupos parlamentarios que, a pesar de apoyar la declaración, decidieron no participar en el acto. Hualde hizo un llamado a la reflexión sobre el significado de recordar y rendir homenaje a las víctimas, destacando que es esencial que la institución parlamentaria se presente en estos momentos de memoria colectiva.
En la lectura de la declaración, tanto Chivite como Ana Ollo resaltaron que la violencia terrorista, de cualquier índole, es inaceptable y representa una violación de los derechos humanos. La declaración condena firmemente tanto al terrorismo de ETA como a otras formas de terrorismo que han atormentado a la sociedad, y reafirma el compromiso del Gobierno de Navarra de brindar verdad, justicia y reparación a las víctimas.
Asimismo, el texto enfatiza la necesidad de un compromiso colectivo para que quienes han ejercido o apoyado la violencia reflexionen sobre sus acciones y se unan al clamor de la sociedad por la paz. Esta declaración no solo busca honrar a las víctimas, sino también garantizar que el sufrimiento causado no sea olvidado y se tomen medidas para prevenir futuros actos de violencia.
El Gobierno también se compromete a trabajar en una nueva legislación que actualice el marco de derechos de las víctimas del terrorismo, buscando siempre el diálogo y el consenso con las asociaciones que las representan. Además, se estudiarán programas educativos que permitan a las nuevas generaciones conocer la historia del terrorismo y su impacto en la sociedad, fomentando la empatía hacia las víctimas.
En conclusión, el mensaje que se ha transmitido en este homenaje es claro: el terrorismo representa una injusticia atroz que debe ser denunciada, pero es nuestro deber hacerlo dentro del marco del respeto a la legalidad y los derechos humanos, pilares fundamentales de cualquier democracia que se precie de tal.
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