En Pamplona, el día de hoy UPN ha negado con firmeza cualquier implicación en las recientes acciones en contra de la presidenta del Gobierno foral, María Chivite, ocurridas en diferentes puntos de Navarra. Estas declaraciones surgen después de que el portavoz parlamentario del PSN, Ramón Alzórriz, mencionara la presencia de miembros de UPN en dichas protestas en Cabanillas, Buñuel, Cascante, Lazagurría, Villafranca y Olite.

UPN ha emitido un comunicado desmintiendo que los concejales y cargos públicos señalados estuvieran involucrados en actos violentos o incluso presentes en las protestas. La formación regionalista ha calificado las acusaciones como calumnias y una violación al derecho al honor de los implicados. Han señalado que incluso miembros del Comité Ejecutivo de UPN fueron increpados en la protesta de Cabanillas al presenciar la inauguración del centro cívico junto con la presidenta.

Los regionalistas han expresado su descontento con las acusaciones del PSN, a quienes acusan de intentar desviar la atención del descontento del sector primario hacia UPN en una estrategia sucia. También han negado la presencia de concejales de las localidades mencionadas en los disturbios, llegando a calificar las acusaciones como falsas.

UPN ha cuestionado la legitimidad de señalar a afiliados y simpatizantes de la formación, defendiendo el derecho a la privacidad y protección de la afiliación política por ley. Han enfatizado la diferencia entre protestas pacíficas y actos violentos, criticando la doble moral en las acusaciones del PSN.

Finalmente, los regionalistas han señalado la falta de capacidad del Partido Socialista para aceptar las críticas recibidas en Navarra, no solo del sector primario. Han denunciado la supuesta venda de mensajes falsos sobre la aceptación del Gobierno de Chivite, destacando que las protestas de los agricultores reflejan un sentimiento de descontento real en la sociedad.