PAMPLONA, 27 de octubre.
El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha ratificado la sentencia emitida por la Audiencia Provincial en junio, que condenó a una mujer a cumplir dos años de prisión por haber malversado una suma considerable de dinero, 59.929 euros, perteneciente a una amiga cercana.
Según detalla el fallo judicial, que puede ser apelado ante el Tribunal Supremo, la acusada aprovechó la vulnerabilidad de la víctima, quien se encontraba en una situación de convalecencia que le impedía moverse y salir de su hogar. En este contexto, recibió de su amiga una de sus tarjetas bancarias, la cual utilizó para realizar apuestas en casinos y transferencias personales.
Los eventos criminales tuvieron lugar entre octubre de 2023 y marzo de 2024. Fue durante una visita al banco que la víctima se dio cuenta de que su cuenta bancaria solo contenía 3,86 euros, a pesar de que ella había realizado transferencias por un total de 13.526 euros y solo había hecho algunas compras menores.
En su fallo de junio, la Audiencia Provincial dictó una sentencia que impone no solo dos años de encarcelamiento, sino también una multa de 2.400 euros, considerando que la acusada había cometido un delito de apropiación indebida, aunque se tomó en cuenta su estado de alteración psíquica como atenuante. Además, el tribunal la obligó a indemnizar a la víctima con 56.000 euros.
La corte inicial determinó que la acusada actuó de forma irresponsable aprovechando la confianza depositada en ella por la denunciante, comenzando por apropiarse de pequeñas sumas y, eventualmente, del total del saldo disponible en la cuenta.
La defensa de la imputada apeló la sentencia, solicitando su absolución, mientras que la fiscalía respaldó la decisión inicial y pidió su confirmación.
El TSJN ha decidido mantener la condena, aunque ha ajustado la cantidad total malversada a 55.929,82 euros, al restar 70,18 euros tras un análisis detallado de los gastos.
En su valoración de la evidencia, el tribunal subraya que se llegó a la conclusión de que los hechos ocurrieron tal como se señalaron en la declaración de la víctima, quien afirmó de manera clara y consistente que solo entregó su tarjeta bancaria a la acusada y que esta, al conocer la situación de la denunciante, actuó sin autorización apropiándose de todos los fondos.
Además, la investigación policial respalda esta narración a través de un atestado que incluyó un examen minucioso de la documentación bancaria y las transacciones sospechosas, así como los testimonios de empleados de las salas de juego, lo que fortaleció la postura de la acusación.
En conclusión, el tribunal remarca que no hay evidencia que sugiera que la víctima autorizara las transacciones en cuestión. Más bien, queda claro que fue la denunciada quien usó la tarjeta y la cuenta para su propio beneficio, retirando dinero, jugando y organizando un total de 63 transferencias a su propia cuenta.
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