PAMPLONA, 2 de octubre. La Audiencia de Navarra ha dictado sentencia contra un hombre que, actuando como administrador de dos empresas, fue condenado a 3 años, 6 meses y un día de prisión, además de una multa de 2.710 euros, por defraudar 98.932 euros en la venta de semirremolques.

En una decisión que puede ser apelada ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, el tribunal ha tenido en cuenta una serie de circunstancias, incluyendo la dilación en el proceso judicial y la reincidencia del acusado, factores que han influido en la duración de la pena impuesta.

Los hechos se remontan al 2 de mayo de 2018, cuando el hombre, de 50 años, firmó un contrato con una firma alemana que produce semirremolques, presentándose como su representante en España y Portugal y afirmando tener poder exclusivo para comercializar los productos.

Su actuación engañosa y las afirmaciones falsas sobre su relación comercial generaron confianza en la empresa con la que formalizó tres contratos de compraventa, permitiéndole así apropiarse de un total de 98.932,02 euros sin cumplir con los compromisos adquiridos.

Durante el juicio, que tuvo lugar el pasado 20 de junio, tanto la fiscalía como la acusación solicitaron una pena de 6 años de prisión, mientras que la defensa abogó por la absolución o, en su defecto, una reducción de la pena debido a las dilaciones del proceso.

El tribunal determinó que los actos del acusado constituyen un delito de estafa, afirmando que sus acciones cumplían todos los requisitos legales para ser considerados un grave delito contra la propiedad patrimonial. Los jueces destacaron que el acusado actuó con un claro ánimo de lucro, engañando a los directivos de la compañía para suscribir los contratos de compraventa.

A pesar de la firmeza de los contratos, el hombre nunca entregó los semirremolques prometidos, lo que supuso un daño económico considerable para la empresa compradora. La Audiencia subrayó que existía un vínculo claro entre las acciones del encausado y el perjuicio causado, concluyendo que su método de engaño estuvo bien planificado y no careció de sutileza.