24h Navarra.

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ANVITE se opone al Plan de Convivencia del Gobierno de Navarra al señalar que minimiza la responsabilidad de ETA.

ANVITE se opone al Plan de Convivencia del Gobierno de Navarra al señalar que minimiza la responsabilidad de ETA.

En Pamplona, el 27 de septiembre, la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (ANVITE) ha expresado su desacuerdo con el contenido del II Plan de Convivencia de Navarra, que el Gobierno regional ha propuesto para la etapa 2025-2029. La asociación critica la manera en que se aborda la responsabilidad de ETA, argumentando que el documento promueve una visión que tiende a igualar a todos los actores, generando así una narrativa equidistante que no reconoce las especificidades del sufrimiento causado por la banda terrorista.

En su reciente evaluación sobre este plan, ANVITE ha subrayado que es falso afirmar que ha habido mejoras significativas para las víctimas vivas, así como para la dignidad, memoria y justicia de aquellos que fueron asesinados, heridos o desplazados a causa de ETA. La asociación sostiene que la simple ausencia de asesinatos no implica que las secuelas de sus crímenes hayan desaparecido, tanto para las víctimas como para la sociedad en su conjunto.

La organización ha señalado que más de 350 asesinatos permanecen sin esclarecer y que se registran anualmente entre 400 y 500 actos que rinden homenaje a la violencia terrorista. Según ANVITE, las recientes agresiones a las placas commemorativas de las víctimas evidencian que Navarra aún no ha logrado sanar adecuadamente las heridas dejadas por el terror.

Además, ANVITE ha advertido que el proyecto político que motivó los ataques de ETA sigue vivo y ha cobrado nueva fuerza, considerando alarmante que 355.000 personas en el País Vasco y 55.000 en Navarra voten a EH Bildu, una formación que, según la asociación, aún no ha condenado explícitamente la violencia como tal.

Desde ANVITE se ha denunciado que bajo el pretexto de promover una memoria "crítica e inclusiva" se está elaborando un relato que minimiza la culpa de ETA y de aquellos que nunca han repudiado su violencia. Para la asociación, el resultado de este enfoque es un notable fracaso en los términos del Plan de Convivencia original.

A lo largo de su reflexión, ANVITE ha cuestionado la estrategia del nuevo Plan, que pretende abordar diversas violencias, incluido el franquismo y el terrorismo de ETA. La asociación considera que al establecer un marco común para todas estas realidades se corre el riesgo de diluir la responsabilidad específica de ETA, propiciando nuevamente un relato equidistante.

En este sentido, ANVITE también ha enfatizado que resulta inaceptable eludir el reconocimiento de las torturas y las violencias policiales, y ha argumentado que cada delito debe ser juzgado y sus perpetradores llevados ante la justicia. Denunciaron la inadecuada equiparación de ciertas violaciones de derechos humanos, sugiriendo que pretende crear un marco injusto que no rinde homenaje a todas las víctimas.

La asociación ha manifestado su perplejidad ante la inclusión en la ley de ciertas víctimas de violencias políticas vinculadas a la extrema derecha, mientras se excluyen a las de la extrema izquierda. ANVITE critica la falta de coherencia al agrupar a ambos grupos como si fueran lo mismo, poniendo de manifiesto un sesgo en el enfoque de la legislación.

Sostiene que la condena conjunta de todas las formas de violencia en el plan podría confundir a la opinión pública, al mezclar realidades que deberían ser tratadas con mayor especificidad y seriedad. La asociación ha cuestionado la narrativa que da inicio a la contabilización de la violencia desde el golpe militar de 1936, sugiriendo que ignora la histórica violencia e injusticias anteriores a ese año.

Finalmente, ANVITE ha subrayado que para avanzar hacia una verdadera paz y democracia es crucial rechazar cualquier acuerdo que implique hacer concesiones a los violentos. Ellos argumentan que se trata de defender principios éticos fundamentales que no pueden ser comprometidos. Sin un compromiso genuino con la justicia y la memoria, consideran que cualquier plan carecerá de valor real para honrar a las víctimas del terrorismo.

La asociación concluye advirtiendo que una paz basada en la complacencia hacia el opresor es una ilusión que solo perpetúa el sufrimiento, afirmando que no puede haber verdadera convivencia si no se establecen límites firmes ante la violencia.