24h Navarra.

24h Navarra.

Arzobispo de Pamplona honra la tradición del Jueves Santo lavando los pies a trece reclusos.

Arzobispo de Pamplona honra la tradición del Jueves Santo lavando los pies a trece reclusos.

PAMPLONA, 17 de abril.

En un conmovedor acto de humildad y servicio, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Florencio Roselló, llevó a cabo el tradicional lavado de pies a trece internos de la prisión de Pamplona, incluyendo a diez hombres y tres mujeres, en el marco de la celebración del Jueves Santo.

La ceremonia tuvo lugar durante una misa que comenzó a las 10:15 de la mañana, en la que participaron decenas de reclusos, personal del centro, voluntarios de la Pastoral Penitenciaria y capellanes. Según dio a conocer el Arzobispado, el evento trascendió más allá de lo ritual, convirtiéndose en una experiencia humana significativa.

Varios internos manifestaron su sorpresa y gratitud por el gesto del arzobispo; algunos compartieron sus emociones, viendo en el acto una oportunidad de conexión espiritual, mientras las lágrimas se asomaban en los ojos de otros. Esta celebración, dedicada al amor fraterno, permitió un momento de reflexión y empatía dentro del entorno penitenciario.

El arzobispo mostró un interés genuino por cada uno de los internos, preguntándoles sus nombres y orígenes antes de realizar el ritual del lavado de pies, un símbolo poderoso de servicio y amor al prójimo.

Durante su homilía, Roselló expresó su gratitud a Dios por la oportunidad de celebrar una eucaristía tan significativa en un lugar inusual, afirmando que este acto, que realiza desde hace más de tres décadas, representa un compromiso constante con la comunidad más vulnerable.

El arzobispo planteó una reflexión a los presentes sobre el significado del lavado de pies, recordando cómo Jesús hizo lo mismo con sus discípulos. "Lavándose los pies, Jesús nos enseñó a amar en su totalidad", explicó, resaltando que este acto refleja el amor incondicional que Dios tiene por nosotros, tanto en nuestras virtudes como en nuestras debilidades.

Roselló enfatizó que esta ceremonia no solo es un símbolo de amor y perdón, sino también una oportunidad para que los internos inicien una nueva etapa en sus vidas. "Que este gesto sirva como un nuevo bautismo", añadió, sugiriendo que el ritual de purificación es un paso hacia la redención y la reintegración en la sociedad.

“Me hace muy feliz poder compartir este momento con ustedes”, afirmó el arzobispo, quien también planea recordar este acto de amor en su próxima homilía en la catedral de Pamplona. Destacó la importancia de incluir a todos—libres y presos—en la comunidad eclesiástica de Navarra, reafirmando el mensaje de que todos son igualmente amados por Dios.

Para concluir, Florencio Roselló subrayó su papel como obispo de todos, sin distinciones, recordando que la igualdad en el amor de Dios es un mensaje que siempre debe ser recordado y vivido.