
PAMPLONA, 6 de agosto. En un giro que ha generado un fuerte debate, EHNE ha criticado la reciente Orden Foral emitida por la consejera de Interior, Función Pública y Justicia del Gobierno de Navarra, Amparo López. Esta normativa, que impone una suspensión temporal de las labores agrícolas, ha sido calificada por la organización como "totalmente arbitraria" y una falta de respeto hacia el arduo trabajo que las organizaciones agrarias han realizado en colaboración con la Administración para la prevención de incendios en los últimos dos años.
El sindicato ha recordado que este período de colaboración ha resultado en la creación de un protocolo que buscaba equilibrar las actividades agrícolas y ganaderas con las condiciones meteorológicas. A través de las meteoalertas, con un sistema de colores que varía desde el verde al rojo para indicar el nivel de riesgo, se han establecido directrices claras sobre cuándo se pueden realizar estas actividades.
Actualmente, EHNE señala que la mayor parte del territorio navarro se encuentra en condiciones seguras para el trabajo agrícola, con solo algunas áreas bajo advertencia amarilla. De hecho, anticipan que las condiciones para los próximos días no parecen alarmantes, con episodios de rocío en el norte que no justifican tal prohibición.
La organización ha resaltado que las restricciones impuestas por la Consejería no solo desmerecen un importante documento de 28 páginas desarrollado en conjunto con el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, sino que también ignoran el valor fundamental del trabajo agrario, un sector que fue reconocido como esencial en el contexto de la pandemia.
EHNE expresa su preocupación por que la duración de esta prohibición quedará a la discreción de las condiciones meteorológicas "favorables", lo que consideran un enfoque erróneo, dado que el sector primario ya cuenta con un sistema de regulación adecuado a través de meteoalertas. Esta situación plantea interrogantes sobre la coherencia de las decisiones gubernamentales.
El sindicato ha planteado una crítica más amplia, sugiriendo que si se prohíben actividades agrícolas por el riesgo de incendios, también debería considerarse la paralización de otros trabajos que implican riesgos similares, como la construcción del TAV o el uso de maquinaria pesada en la limpieza de carreteras. "¿Acaso también se van a prohibir eventos que generan llamas, como fiestas patronales?", han cuestionado, subrayando la necesidad de un enfoque más equilibrado y menos radical en la gestión de riesgos ambientales.
Finalmente, EHNE concluye su comunicado afirmando que la toma de decisiones del gobierno a menudo parece carecer de la lógica necesaria, y llama a un diálogo constructivo que respete tanto la seguridad pública como la labor vital de quienes trabajan en el campo.
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