En 2025, el programa de detección temprana de cáncer cervical se extenderá a unas 38,000 mujeres gracias a la iniciativa del Ministerio de Salud.

PAMPLONA, 30 de abril - Desde su lanzamiento en enero de 2023, el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Cuello de Útero en Navarra ha hecho un llamado a 68.382 mujeres para participar, logrando hasta ahora una notable tasa de respuesta del 70,55% en los casos en que se enviaron recordatorios. Hasta la fecha, se han diagnosticado siete casos de cáncer de cuello de útero, mientras que el programa está previsto que continúe hasta diciembre de 2027.
Este programa, que forma parte del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), persigue dos objetivos primordiales: reducir la incidencia y la mortalidad asociadas a este tipo de cáncer, así como mejorar la calidad de vida de aquellas que reciban un diagnóstico. Estas metas son fundamentales para cerrar la brecha en salud entre comunidades y garantizar una atención sanitaria más equitativa.
Para incrementar la participación femenina, el ISPLN llevará a cabo en las próximas dos semanas una campaña publicitaria bilingüe. Los anuncios se difundirán en diversos medios, incluyendo radios locales, transporte urbano, marquesinas y plataformas digitales, con especial atención a las 38.000 mujeres que recibirán la invitación este año, y a las 3.700 que están cumpliendo 30 años, un grupo que entra por primera vez en el programa. Además, la colaboración con el Ayuntamiento de Pamplona permitirá que la campaña sea visible en varios parkings municipales.
La integración y cooperación de los distintos niveles de atención sanitaria es crucial para alcanzar los objetivos propuestos. En este sentido, el cribado dependerá de los servicios de Ginecología en los tres hospitales públicos de Navarra y contará con el apoyo del servicio de Anatomía Patológica, que se encargará de procesar las muestras recolectadas.
La metodología de screening se basa en la identificación de serotipos de alto riesgo del virus del papiloma humano (VPH), con pruebas que se repiten cada cinco años si los resultados son negativos. En el caso de resultados positivos, se procede a realizar una citología para evaluar la presencia de alteraciones celulares en el cuello uterino. Ante hallazgos sospechosos, se complementa la evaluación con colposcopias.
Los datos hasta la fecha revelan que el 4,7% de las pruebas de detección de VPH han resultado positivas. Como resultado, se han ejecutado 1.806 citologías, y a 531 mujeres se les ha recomendado una colposcopia. De estos procedimientos, se han confirmado siete tumores malignos en el cuello de útero, de los cuales cinco estaban en etapas iniciales, lo que subraya la importancia de la detección temprana.
Cabe destacar que todas las muestras positivas pertenecen a los serotipos 16 y 18 de VPH y que fueron tomadas mediante autotoma. Las edades de diagnóstico varían, siendo de 55 y 65 años para el cáncer in situ, y de 35 a 65 años para los tumores invasivos.
Asimismo, en las colposcopias se han identificado diversas afecciones en 145 mujeres. De estas, 63 presentaron lesiones de bajo riesgo, mientras que 78 fueron diagnosticadas con lesiones precoces o de alto riesgo, recibiendo ya el tratamiento correspondiente que garantiza un seguimiento continuo.
Los responsables del ISPLN destacan que el cribado no solo facilita el tratamiento temprano, sino que es una herramienta clave para reducir la incidencia de cáncer al permitir la identificación y eliminación de lesiones precoces que podrían evolucionar a formas más avanzadas de la enfermedad.
El protocolo invita a las mujeres en su 30°, 35°, 40°, 45°, 50°, 55°, 60° y 65° cumpleaños a participar, proporcionando instrucciones para la autotoma de muestras desde su hogar y sugiriendo dónde entregarlas. Aquellas que no respondan en el plazo establecido recibirán recordatorios para asegurar su inclusión en el programa.
La autotoma ha recibido una aceptación abrumadora durante las pruebas iniciales, ya que proporciona un método sencillo y cómodo para las mujeres. Un 94,7% de las participantes prefieren esta opción, aunque también tienen la posibilidad de acudir a un profesional en un CASSyR para la toma de muestras, gestionando una cita a través del ISPLN.
En el grupo de mujeres de 25 a 29 años, la citología se mantiene como prueba primaria única para aquellas que no han sido vacunadas contra el VPH, mientras que las vacunadas no necesitan realizarse pruebas hasta ingresar al programa.
A pesar de ser un problema grave de salud, el cáncer de cuello de útero se está abordando con medidas preventivas que han mostrado un impacto positivo. A nivel global, ocupa el cuarto lugar en incidencia después del cáncer de mama, de pulmón y colorrectal. En España, se diagnostican anualmente 5,8 casos por cada 100.000 mujeres.
El Registro de Cáncer del ISPLN señala que el año pasado, se registraron 14 casos de cáncer de cuello de útero invasivos en Navarra, ocupando el puesto 20 en frecuencia entre los tipos de cáncer femenino. La tasa ajustada es de 4,1 casos por cada 100.000 mujeres al año, destacando una tasa de supervivencia donde 7 de cada 10 mujeres continúan vivas cinco años después del diagnóstico.
Por otro lado, en 2023, seis mujeres perdieron la vida a causa de esta enfermedad en Navarra. No obstante, la tasa de mortalidad ha disminuido un 38% en el trienio 2021-2023 en comparación con el periodo 2011-2013, un ejemplo claro de que la prevención y la detección precoz están dando frutos. El ISPLN enfatiza la importancia de la vacunación contra el VPH y el uso de medidas preventivas para el control efectivo de esta enfermedad, promoviendo una sexualidad responsable y educada.
Finalmente, la estrategia de detección precoz ha mostrado su eficacia en la reducción de la mortalidad, haciendo de su combinación con la vacunación un camino prometedor hacia la posible erradicación del cáncer de cuello de útero.
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