
En Pamplona, el 19 de junio, el portavoz de UPN, Javier Esparza, se pronunció con contundencia respecto a la presidenta de Navarra, María Chivite, a quien calificó de "no confiable" y consideró su situación político como "insostenible". Según Esparza, Chivite está "contaminada" por su relación con dos figuras prominentes del Partido Socialista de Navarra, Santos Cerdán y Ramón Alzórriz, quienes han renunciado a sus cargos en medio de una investigación de la Guardia Civil.
Las revelaciones sobre Cerdán, quien se descubrió que es propietario de la empresa Servinabar, y su vinculación con una importante adjudicación pública de 76 millones de euros, han llevado a exigir la dimisión de Chivite. Cristina Ibarrola, presidenta de UPN, fue clara al demandar su renuncia justo al momento en que se conocía la magnitud de estos vínculos.
Esparza denunció que la adjudicación a Servinabar fue denunciada previamente por UPN ante la Guardia Civil, señalando la falta de acción del Gobierno de Chivite, quien, según él, “preside Navarra pero no sabe nada” de estos escándalos. La conexión del socialismo navarro con la mencionada empresa, que está bajo investigación, plantea serias dudas sobre la integridad del gobierno actual.
El portavoz de UPN recordó que hace un año habían alertado sobre la situación de los túneles de Belate, apuntando que la respuesta de Chivite fue descalificativa y evasiva. Criticó que el Gobierno no permitió que ciertos funcionarios comparecieran en el Parlamento para aclarar la adjudicación, ni que se revisara por el Tribunal de Contratos Públicos de Navarra.
Esparza destacó que la adjudicación a una empresa vinculada con Cerdán, la figura dominante en el socialismo navarro, subraya la negligencia y desconfianza en la gestión de Chivite. Desde su perspectiva, la presidenta es responsable ya sea por acción o por omisión, y enfatizó que Navarra requiere un liderazgo libre de la sombra de la corrupción.
Afirma que la situación actual es insostenible y que Chivite se aferra a su cargo en un momento crítico. Denunció que, innegablemente, lo ocurrido no puede haberse gestado sin su conocimiento, pidiendo a gritos su dimisión.
Esparza también planteó preocupaciones sobre el futuro de la administración, sugiriendo que otros nombres puedan salir a la luz en la investigación. La falta de credibilidad de Chivite se acentúa aún más en este contexto, y su continuidad en el cargo es considerada cuestionable.
Al hacer referencia a la situación de Alzórriz, Esparza cuestionó la credibilidad del discurso de desconocimiento que Chivite intenta mantener. Su argumento se fundamenta en que es imposible no conocer la posición laboral de asociados cercanos y colegas de trabajo a lo largo del tiempo.
El portavoz regionalista cerró su intervención afirmando que los acuerdos de gobierno y presupuestos están manchados por la corrupción. La administración debe rendir cuentas, y los recursos de los navarros no deben destinarse a proyectos que generen desconfianza y sospechas.
Finalmente, en relación a la posibilidad de establecer una comisión de investigación, Esparza indicó que hasta el momento no han sido contactados. No obstante, expresó su disposición para colaborar en cualquier revisión necesaria de los expedientes, reafirmando su apoyo a las comisiones de investigación en todos los niveles que sean requeridos.
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