
Un reciente episodio de agresión canina ha dejado a un hombre herido en Andosilla, donde su encuentro con un perro considerado potencialmente peligroso ha derivado en una situación alarmante. Las mordeduras que sufrió le provocaron una herida abierta y una fractura en uno de sus dedos, haciéndose necesaria su atención médica en el hospital de Estella.
Los agentes de la Policía Foral, en particular del Grupo de Investigación Medioambiental (GRIM), están llevando a cabo una investigación que abarca dos incidentes relacionados con animales, uno de ellos en Andosilla, donde se produjeron los hechos mencionados, y otro en Lodosa, relacionado con el abandono de un animal en la localidad de Orkoien.
El incidente en Andosilla se desencadenó cuando un hombre paseaba a su perro y fue atacado por un American Staffordshire Terrier, un ejemplar clasificado dentro de la categoría de perros potencialmente peligrosos (PPP). El ataque comenzó cuando el perro descontrolado, sin bozal y sin la supervisión adecuada, se lanzó contra la mascota de la víctima, causando un altercado. En su esfuerzo por separar a los animales, el dueño del perro agresor terminó siendo mordido, lo que resultó en las lesiones mencionadas. A raíz de este doloroso episodio, los agentes han decidido imputar al dueño del perro por un delito de lesiones, según indican desde la Policía Foral.
En un caso paralelo, las actuaciones del GRIM han llevado a la imputación de un residente de Lodosa por el delito de abandono de animales, en conformidad con el artículo 340 del Código Penal. Todo comenzó cuando personal de una protectora de animales, alertados por el Ayuntamiento de Orkoien, se dieron a la tarea de capturar un perro que vagaba por las calles, lo que suponía un grave riesgo tanto para su seguridad como para la de los transeúntes. Este perro llevaba días deambulando y había suscitado preocupación en la comunidad.
Tras el rastreo del microchip del perro y las declaraciones de testigos, los agentes lograron identificar al propietario, un vecino de Lodosa, quien trató de justificar su comportamiento alegando que había regalado al perro a otra persona cuyo nombre no pudo proporcionar. Además, este individuo se enfrenta a una denuncia por no haber cumplido con la obligación de vacunar al animal contra la rabia, un requisito fundamental para la salud pública y la seguridad animal.
Ambos incidentes han sido formalmente documentados y remitidos a la Fiscalía de Medio Ambiente de Navarra, así como a los juzgados correspondientes, con la esperanza de que se tomen las medidas adecuadas para abordar estos problemas que afectan tanto a los animales como a la comunidad. La situación pone de relieve la importancia de la responsabilidad en la tenencia de animales y la necesidad de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
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