La Audiencia Nacional ha dictado una condena de 52 años de cárcel para el exjefe de ETA Francisco Javier García Gaztelu, conocido como 'Txapote', así como para los exmiembros de la banda terrorista Asier Arzalluz, 'Santi', y Aitor Aguirrebarrena, 'Peio', por su participación en la colocación de un macetero bomba en una vivienda en Cintruénigo (Navarra) en el año 2000.

Según el fallo judicial, los acusados recibieron una sentencia de 38 años de prisión por dos intentos de asesinato terrorista y 14 años adicionales por un delito de estragos terroristas. Esta condena se basa en la participación de 'Santi' y 'Peio' en el comando bajo las órdenes de 'Txapote', con el objetivo de atentar contra un miembro de la Guardia Civil que ya no residía en la vivienda y que en ese momento era ocupada por una mujer y su hijo.

El artefacto explosivo no detonó debido a un fallo en el circuito eléctrico, y fue desactivado por especialistas de la Guardia Civil. A pesar de que 'Txapote' se negó a declarar en el juicio, la Sala considera que hay pruebas suficientes que lo incriminan como el responsable de ordenar la acción terrorista a los otros acusados.

Entre las pruebas presentadas en el juicio se encuentran las comunicaciones internas de la banda, las anotaciones encontradas en la agenda personal de 'Txapote' y los documentos hallados en la vivienda donde residían los acusados. Además, los informes emitidos por la Guardia Civil confirman la participación de los acusados en otros atentados terroristas y vinculan a 'Txapote' como el líder del comando.

La sentencia destaca la gravedad de la colocación del artefacto explosivo y la intención mortal de los autores, subrayando su capacidad letal y consciente de los resultados mortales que podrían haber causado. Esta condena pone de manifiesto la firmeza de la justicia contra el terrorismo y la determinación de castigar a aquellos que intentan sembrar el miedo y la violencia en la sociedad.