Obispos vascos y navarros esperan que el nuevo Papa mantenga el legado de Francisco con un enfoque renovado.

El obispo de San Sebastián, Fernando Prado Ayuso, ha expresado su expectativa de que la elección del nuevo Papa se concrete este viernes. A su vez, ha revelado su deseo de que el próximo líder de la Iglesia Católica se asemeje a lo que él denomina un "Francisco II".
Durante una conferencia de prensa llevada a cabo en el Seminario de San Sebastián, en la que se presentó la iniciativa ‘Kits de paz y esperanza’, Prado Ayuso, junto a los obispos de Bilbao, Vitoria y Pamplona, ha señalado la importancia del cónclave que comenzará este miércoles. Los prelados consideran este evento como un momento significativo para la Iglesia, el cual analizan desde una perspectiva distinta a la percepción que tiene la sociedad.
El obispo ha indicado que a pesar de que en los medios se discuten rivalidades y tendencias dentro del colegio cardenalicio, existe un consenso mayor del que a menudo se refleja en las noticias. "Son humanos con diferencias", ha matizado, pero subrayó que, por encima de eso, hay un acuerdo sustancial sobre la dirección que debe tomar la Iglesia.
Prado Ayuso enfatizó que "todo el mundo" espera que el nuevo Papa continúe el legado del actual, pero también desea que marque una nueva impronta personal. "Quisiera que tuviera el espíritu de Francisco, pero con su propio enfoque", añadió, dejando claro que esta evolución dependerá de quién sea electo y de su trasfondo.
Explicó que la elección de un Papa no se basa en mayorías, sino en un consenso genuino, sustentado por la guía del Espíritu Santo. "El proceso de escucha y armonización es esencial", comentó, sugiriendo que es probable que para el viernes ya se tenga un nuevo pontífice, aludiendo a la rapidez de cónclaves recientes.
El obispo resaltó que el método de las sesiones precónclave permite a los cardenales afinar criterios y reconocer las necesidades contemporáneas de la Iglesia. "Lo que se busca es un líder que resuene con el momento actual y con las inquietudes del mundo", resaltó.
Al ser cuestionado sobre las cualidades que debería poseer el futuro Papa, Prado Ayuso abogó por un "pastor cercano", aludiendo a las características que, según él, han definido a Francisco: un defensor de la paz, comprometido con los pobres y sensible a los desafíos globales. "Hoy en día, no podríamos aceptar menos", insistió.
Por su parte, el obispo de Bilbao, Joseba Segura, prefirió no especular sobre el tiempo que tardará el cónclave en llegar a una decisión, pero confió en que se mantendrá una continuidad significativa en los aspectos fundamentales del papado, que históricamente se ha inclinado hacia la paz.
Segura también subrayó que cada Papa trae algo único, pero anticipó que persistirá una "continuidad fundamental con un estilo diferente". Además, destacó que el nuevo líder de la Iglesia deberá abordar temas como el papel de los "artesanos de la paz", que se han convertido en un elemento esencial en el discurso eclesiástico.
El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, compartió su percepción de que la salud del Papa Francisco ha dejado un vacío significativo en el mundo, manifestando un deseo de liderazgo enfocado en la paz. Reconoció que no existen candidatos ideales y que cada pontífice conlleva sus propias vulnerabilidades.
El prelado Florencio Roselló remarcó que el próximo Papa "será el mejor que podamos tener" y reiteró que los valores fundamentales del actual pontificado persistirán. Enumeró temas vitales como la paz, el bienestar de los pobres y la protección del planeta, que seguirán marcando la agenda eclesiástica, aunque con algunas variaciones bajo un nuevo liderazgo.
A lo largo de la conversación, Prado Ayuso enfatizó la necesidad de proseguir con la "sinodalidad" en la Iglesia, que implica encontrar caminos para avanzar juntos. Reconoció que se requiere una adaptación en la transmisión de la fe a las futuras generaciones, un desafío que considera crucial en la actualidad.
Elizalde agregó a esta discusión la importancia de la identidad de la Iglesia, advirtiendo que si no se hace atractiva, el riesgo es caer en la irrelevancia. Instó a mantener un equilibrio entre la comunicación y la preservación de la esencia católica, subrayando que el camino a seguir involucra también a los laicos y una mayor inclusión de las mujeres en la estructura eclesial.
Finalmente, ambos prelados subrayaron que los logros en materia de inclusión y participación son conquistas valiosas que han florecido bajo la guía de Francisco, y expresaron su esperanza de que el nuevo Papa continúe este legado, promoviendo una Iglesia que sea verdaderamente un hogar para todos.
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