
PAMPLONA, 12 de junio. La Audiencia de Navarra ha dictado una condena de dos años de prisión contra un individuo que desobedeció repetidamente las órdenes de no acercarse ni comunicarse con su expareja, a quien agredió durante una disputa.
Los hechos, confirmados en la sentencia, fueron reconocidos tras un acuerdo entre la fiscalía y la defensa, lo que derivó en la declaración de un delito continuado de quebrantamiento de medidas cautelares (9 meses de prisión) y un delito de lesiones en un contexto de violencia de género (1 año y 3 meses de prisión). Estos delitos se enmarcan dentro de un contexto donde se reconocen circunstancias atenuantes, como la adicción a sustancias y la reparación del daño causado.
El condenado, un ciudadano argelino de 28 años, enfrentará restricciones que le impiden acercarse a menos de 500 metros de la víctima o comunicarse con ella durante los próximos cinco años. Además, deberá indemnizarla por un total de 10.000 euros. De esta cantidad, él ya había pagado 8.000 euros antes del juicio, y el saldo restante de 2.000 euros se abonará en ocho cuotas mensuales de 250 euros, según se detalla en un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de Navarra.
La sentencia revela que desde el 14 de agosto de 2021, el acusado tenía prohibido acercarse o comunicarse con su expareja, y se había implementado un sistema de control GPS para supervisar su cumplimiento. Sin embargo, desoyendo esta medida, el acusado intentó contactar a la denunciante a través de diferentes plataformas, incluyendo redes sociales, e incluso se presentó físicamente en su ubicación.
En un episodio ocurrida a inicios de noviembre de 2023, el acusado y la víctima decidieron encontrarse en un hotel en Tudela, a pesar de la vigencia de la orden de protección. Durante este encuentro, él le solicitó que no llevara consigo el dispositivo GPS que supervisaba su ubicación.
La situación escaló en la madrugada del 11 de noviembre, cuando tras una discusión salieron del hotel por separado, solo para volver a encontrarse en una discoteca donde tuvieron otro altercado. Más tarde, ambos regresaron a la habitación del hotel, donde una nueva discusión llevó a que el encausado, con la intención de dañar a su expareja, la agrediera repetidamente, golpeándola con puñetazos y patadas.
La agredida sufrió lesiones significativas, entre ellas una fractura nasal que requirió atención médica, incluyendo exploraciones de urgencia y tratamiento de heridas. En ese momento, el acusado se encontraba bajo la influencia de alcohol y drogas, lo que afectaba levemente su capacidad para razonar y actuar.
Tras acordar las partes no recurrir la decisión judicial, la sentencia fue ratificada en el mismo día del juicio. El tribunal estableció la suspensión del encarcelamiento por un plazo de cuatro años, siempre que el condenado no reincida en delitos durante ese periodo y cumpla con el pago de la indemnización.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.