
En un significativo avance hacia la memoria democrática, el comité de expertos presentado hoy en Pamplona ha revelado un informe transformador sobre el Monumento a los Caídos. Este estudio, que incluye a 14 especialistas, sugiere la creación de un museo memorial en el emblemático edificio, donde se busca disminuir la relevancia de la cúpula y el tambor, además de retirar textos y símbolos conmemorativos que refuercen ideologías del pasado.
El informe fue dado a conocer en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Pamplona, en presencia del alcalde Joseba Asiron y miembros destacados del comité, como Fernando Mendiola Gonzalo, Nuria Ricart Ulldemolins y Cristian Dürr. En su intervención, Asiron agradeció profundamente la labor del comité, enfatizando que dejar el monumento tal como estaba “no era una opción viable” y que se ha logrado un pacto histórico para convertirlo en un lugar de memoria y respeto que promueva valores democráticos y condene el fascismo.
El comité expone que la transformación radical del inmueble representa un quiebre definitivo con los valores antidemocráticos que ha representado históricamente. Asimismo, advierte que demolición del monumento podría borrar las huellas de la represión, sugiriendo que conservar estos vestigios es clave para edificar una memoria histórica que no se olvide. La propuesta es transformar un espacio que ha exaltado el totalitarismo en un centro para el pensamiento crítico y el entendimiento de las raíces del golpe de estado de 1936, junto con sus implicaciones históricas y culturales.
Entre las transformaciones recomendadas, se destaca que la cúpula y el tambor del edificio perderán protagonismo tanto en el exterior como en el interior, permitiendo la creación de espacios más adecuados para la educación y la memoria. El objetivo es que estas áreas sean también accesibles y proporcionen a los visitantes una interpretación adecuada del contexto histórico, utilizando estrategias como la instalación de elementos que modifiquen o oculten su visualización desde diferentes puntos.
En el interior, urge reinterpretar el fresco de la cúpula y realizar una "desacralización integral" de la cripta, con la propuesta de eliminar elementos funerarios y convertir el espacio en un lugar para arte contemporáneo. Además, se plantea la reconfiguración de las arquerías, que, al ser eliminadas hasta la cota cero, podrían integrar el espacio público de manera más efectiva, revelando estructuras anteriormente ocultas, como un túnel simbólico conectado con la cripta.
El informe también aboga por una musealización de la iconografía y textos que glorifican la Cruzada y el nacional-catolicismo, recomendando la eliminación de mármoles con inscripciones sobre caídos que perpetúan esa narrativa. Al mismo tiempo, se sugiere diseñar una nueva estructura arquitectónica que responda a las necesidades del museo, con áreas para exposiciones, actividades educativas y administrativas, promoviendo un conjunto arquitectónico armonioso.
En cuanto al entorno del edificio, el informe presume que se pueden dejar los espacios públicos actuales o bien transformarlos con elementos complementarios, incluyendo una reconsideración de la escultura 'Coreano' de Jorge Oteiza para su posible inclusión en el nuevo proyecto.
La visión del nuevo museo de memoria democrática incluirá un enfoque integral, colaborando con instituciones y proyectos como 'Escuelas con Memoria', y proponiendo mecanismos de participación ciudadana que involucren a asociaciones memorialistas. El comité sugiere también realizar un registro arqueológico durante cualquier intervención en el espacio, garantizando visitas ciudadanas durante las obras.
Este nuevo museo no solo será un espacio de recuerdo, sino que también se convertirá en un punto de referencia para discutir violaciones a los derechos humanos en el presente. La exposición permanente tratará de tres ejes centrales: la historia del propio edificio, una crítica al concepto de ‘caídos’ y una reflexión sobre la cultura de guerra vinculada a ideologías belicistas.
Desde una perspectiva educativa, se concibe el museo como una herramienta fundamental para fomentar la conciencia democrática. El informe sugiere que la implementación de actividades educativas no requerirá esperar a la finalización del proyecto, sino que podrá comenzar con visitas guiadas a los elementos existentes en el edificio, explicando las intenciones detrás de las transformaciones y abriendo un espacio de diálogo público.
Por último, se propone establecer una plataforma digital que sirva como recurso educacional, donde se documente el proyecto original, su contexto histórico, y el significado de personalidades claves relacionados con la historia del monumento, especialmente sobre figuras como los generales Mola y Sanjurjo. De esta manera, se busca mantener viva la memoria colectiva y fomentar un análisis crítico de los acontecimientos pasados, proyectando la importancia de construir un futuro más justo desde la educación y el recuerdo.
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